jueves, 3 de septiembre de 2009

Un nuevo adiós..

Te busco en vano…
Sé que no vas a estar aún antes de buscarte.
Viniste a hurgar en mi memoria,
(yo había etiquetado los recuerdos),
desempolvamos juntos remembranzas
y te fuiste llevándote el olvido
que construí en aquel adiós primero.

Rompiste el pacto de confianza
del tiempo que compartimos,
“nada te oculto, nada me ocultas”,
tácito acuerdo entre ambos
del permiso momentáneo que increpamos a la vida
en esos minutos robados,
hoy sepultados.

No es olvido, yo lo sé…
Simplemente terminó
el recreo de la vida,
y te exigió explicaciones,
y te mostró obligaciones,
y volviste a ser quien eras
antes de rescatar recuerdos…

Y yo quedé con los míos,
buscando un lugar oscuro
donde poder esconderlos,
construyendo un nuevo olvido
más difícil que el primero,
porque no hubo porqués
ni explicaciones, ni adioses,
simplemente hubo silencio…

lunes, 24 de agosto de 2009

Necesito...

Necesito…
que te urja mi presencia,
que el aire te sea escaso,
que haya un rumbo indefinido
en cada paso que hagas,
si no me encuentras contigo.
Necesito…
que te sean indispensables
al transitar cada día
las palabras con que expreso
ideas y sentimientos…
…y que sientas como tuyas
las emociones que siento.
Necesito…
que me digas que me amas,
que respires en mi cuello,
que me acaricies el alma
con un “te amo”al oído…
…y dormir entre tus brazos
y que al llegar la mañana
lo primero ante mis ojos
sea tu rostro querido…

Quiero

Quiero romper los confines que me dieron,
quiero derribar las estructuras,
quiero saltar de la más alta montaña
mientras crea todavía tener alas.
Quiero sentir que ya no existe la neblina
que obnubila los sueños y esperanzas,
y perder el miedo de avanzar
el temor de chocar contra el mañana.
Quiero bañarme al pié de una cascada
desnuda de preceptos y conceptos
desentonando canciones de amores imposibles
y de posibles encuentros con amores nuevos.
Quiero olvidar los “no” preimpuestos
y aceptar los “si” en mí escondidos.
Quiero arrancar de mi vida los secretos
que me dañan sólo a mí, y transgredirlos,
quiero empezar a vivir sin pensar tanto
y dejar que surja lo que siento,
quiero expresar con gritos desde el alma
que no quiero que la vida se me pase
en el letargo de días semi grises
sin temblar en la pasión del sentimiento.

miércoles, 8 de julio de 2009

Adios

No quiero encontrarte
cuando mis ojos ya no vean el color de tus pupilas
ni distingan cada trazo de tu rostro,
cuando la espera haya matado en ellos la esperanza.
No quiero esperar
que se marchiten mis manos
ni las tuyas, ni los cuerpos,
para resucitar la memoria de la piel
al reencontrarse.
No quiero la vida
congelada en los relojes
en lento compás de espera
y loco ritmo de vida.
Así que, amor de entonces,
aquí se acaba esta historia
de esperanzas y de esperas,
de sueños y de recuerdos.
Hoy muere al ayer, nace el mañana,
voy a almacenar recuerdos, a dar cuerda a los relojes,
y a dejar que la vida me sorprenda
un paso más allá, sin limitarla.

martes, 7 de julio de 2009

Destiempo

Cuando amabas mi simpleza
temía yo tu madurez,
si deseabas mi ternura
yo huía sin comprender,
y temblaba en tu presencia
cuando tu boca buscaba
la mía con avidez.
En el destiempo continuo
del amor que me brindaste
se perdieron mis suspiros
sin entender el milagro
de la caricia en tus manos
esperando por mi piel.
Después quise ser tan tuya
como el deseo pudiera
y entregarte mi ternura
e impregnarme de tu piel…
Pero el tiempo en que me amaste
no fue el mismo en que te amé,
y desgarró mis sentidos
el dolor que no tenerte
(el mismo que provoqué)
y me quedaron las manos
de caricias atestadas,
el alma desencajada
y el vacío de saber
que me amaste
y que te amé
con un amor a destiempo,
triste amor de desencuentros
que ya no puede volver…

jueves, 18 de junio de 2009

Verdades

Cual
de todas mis verdades
te miento,
y me miento…
De todas ellas
la única segura,
tangible,
innegable,
rotunda,
es que te amo…
Después están los miedos,
los sueños inconclusos,
los deseos cohibidos,
lo correcto e incorrecto,
las preguntas reprimidas,
las respuestas escondidas,
las ganas coartadas
y obligaciones cumplidas.
Las esperanzas sepultadas
para ser revividas,
los compromisos asumidos,
las obras realizadas,
las pasiones liberadas,
los ímpetus comprimidos,
los deseos concretados,
los anhelos encogidos,
todo lo dicho y no dicho
por temores sin dominio.
Todas verdades humanas
fríamente calculadas
para ser “hecho y derecho”.
Todo limita el espacio
en que soy y no soy yo
por ser la que debo ser..
Todo menos que te amo,
verdad absoluta,
concreta,
que me ayuda a darme cuenta
que de nada me arrepiento.

Una historia como tantas...

Adolescencia plena, año 1999, Juan y María se conocen en su primer año de secundaria. Tienen 14 años, Juan es 6 meses mayor. Él es terrible, el menor de 9 hermanos, varios varones, con problemas familiares; ella súper inocente, la mayor de tres hermanos, familia tradicional, muy cuidada, llena de actividades, estudia idiomas, hace deportes, y tiene una dulzura increíble.
Él se derrite ante esa belleza de ojos azules y cabello oscuro, ella por el chico de 1,90 que le dice cosas hermosas y le dedica canciones y poemas. Él tiene todo el carisma, ella toda la inocencia, pertenecen a dos mundos distintos, pero se encuentran, y comienzan a escribir una historia que los va a marcar de por vida.
Durante tres años aprenden uno del otro, ella lo que es la vida fuera de su maravilloso y perfecto mundo, él que hay un mundo mejor; ella que existen las mentiras, los engaños, el dolor, él que todo eso sólo conduce al sufrimiento; ella que tiene mucho para dar, pero que también debe recibir, él que necesita mucho de ella, pero también tiene muchas cosas hermosas para ofrecerle... y tantas otras cosas.
Él se convierte casi en un miembro más de la familia de ella, que contiene así a los dos; ella es para la familia de él como un ángel que llegó para acompañarlo.
El tiempo juntos llega a su fin cuando María cumple los 17, simplemente porque tenía que llegar, sin demasiadas razones más que el hecho de crecer, pero el tiempo compartido deja en ambos huellas imborrables, aún cuando fue (o quizá por serlo) un amor de adolescentes de otra época, dónde el amor físico no era parte de la historia, pero la entrega emocional era absoluta. Una historia hermosa, de ésas que se guardan en la memoria como un tesoro.
La vida continúa para ambos, cada uno termina el secundario, ella parte a estudiar en la universidad, él consigue un buen trabajo, aparecen nuevas personas en las vidas de ambos, pero nunca dejan de comunicarse, como si supieran que a pesar de la vida que pasa el otro siempre va a ser especial. Cada tanto, generalmente en los veranos, cuando ella vuelve por vacaciones, se encuentran como buenos amigos, se cuentan sus cosas, se ponen al tanto de la vida del otro, y tratan de mantener una linda amistad.
Juan tiene 24, María 23. Ella es la única persona que cada año se acuerda de mandar un mensaje en ese día tan doloroso para él, y Juan de alguna manera presiente cuando ella está triste; María siempre está en los momentos más difíciles de él sin saberlo, como si una fuerza superior la enviara, Juan (sin ser religioso) pide por el bienestar y la felicidad de ella…
Una historia como tantas, de dos chicos como tantos, de un amor como hay muchos. Sin embargo no se la puede dejar de escribir, ni cerrar, porque ella quiere al amigo, y él ama a la mujer; ella ayuda al que amó, y él necesita a la que ama; ella le pide que se deje amar y se de la oportunidad de amar a otra mujer, y él le dice que se deje amar y le dé una nueva oportunidad; ella no lo ama, y espera el amor de su vida, y él siente que no hay otra mujer para él, y la espera a ella…