Andaba por ahí, saltando de blog en blog, absorbiendo tanta opinión distinta, nutriéndome de riquísimos comentarios, maravillándome de tanta gente joven volcando ideas, expresando sentimientos; sorprendiéndome con esta maravilla que es para los que somos de otra generación el poder hacer un simple clic y encontrar y poder conocer tantos pronunciamientos, sean del tipo que sean.
Para quienes fuimos a la escuela usando un libro obligatorio, tuvimos que leer los autores “adecuados”, y crecimos cuidando las palabras sin saber que teníamos derecho a opinar o a elegir (una etapa intermedia quizá, muy chicos para entender, creciendo sin saber que algo estaba mal), esto que hoy pasa, esta era de la comunicación es doblemente maravillosa y enriquecedora. Para hacerlo simple, es como salir del cascarón.
Y que bueno poder disentir, coincidir, opinar, entender, escuchar (o leer) nuevas campanas. Que genial que alguien que no te conoce se detenga por un momento a leer lo que sea que hayas expresado, y te dedique un minuto de su vida comentando que le generó; y más aún, que asombroso que quizá te comprenda mejor que nadie, o te haga cambiar de opinión con sus comentarios, o lo ayudes, o te ayude, o simplemente le regales una sonrisa, o viceversa.
Si, es un mundo extraordinario, repleto de cosas por descubrir, y que me permite descubrirme también a mí, dejando fluir mi deseo de tanto tiempo y tan postergado: escribir. Porque el haber crecido limitando las expresiones marca pautas (las marcó en mi), y durante años pensé que no tenía la educación, el conocimiento, la capacidad de escribir algo que mereciera ser leído por alguien, que valiera esos cinco minutos de precioso tiempo. Y hoy entiendo que sí, que debo hacerlo, que siempre habrá alguien que se detenga, y que opine, concuerde o discrepe, y que ría o se emocione, o quizá simplemente ande por ahí, como yo, de blog en blog, tratando de encontrar algo que no busca, y se encuentre a si mismo.
Así que aquí estoy, y aquí me quedo, porque después de todo, dicen que hay que plantar un árbol, tener un hijo, y escribir un libro, y yo ya no tengo lugar en mi patio para más árboles, tuve y crié tres hijos, y bueno… supongo que podría cambiar lo del libro por un blog!!
Tu ausencia espiritual de amar
Hace 12 horas
Ahh me encantó!
ResponderEliminarTremendamente bien explicado el porqué de muchiiiisimos blogs existen!
Abraxo!
gracias Bel!!! abrazo!
ResponderEliminarSé que te va a parecer una opinión muy sibjetiva porque viene de tu hija... pero creo que el nivel de tus poemas es perfecto para juntarlos a todos en un libro, o quizás en varios... por qué no intentar?
ResponderEliminar